Muñecos con escudos personalizados, paquetes de galletas en forma de biberón, cuentos sobre “bebés reales”: los comerciantes británicos compiten en imaginación para capitalizar el nacimiento del primogénito del príncipe Guillermo y Catalina.
Poco tiempo después de la hospitalización de Catalina en diciembre por fuertes náuseas ligadas a su embarazo, una diseñadora creó unas “bolsas para vomitar” que representan a la pareja con un bebé en brazos. Era sólo el principio.
Al acercarse el nacimiento, previsto para mediados de este mes, la ropa de bebé con motivos reales prolifera: pijamas para el “aprendiz de príncipe”, baberos con coronas o sacos de dormir con un escudo de armas dorado.
La empresa de artículos para fiestas de los padres de Catalina no se queda atrás y ha lanzado una nueva colección de platos y vasos de cartón sobre el tema “Soy una princesa”.
Además, las editoriales publicaron muchas historias para niños sobre princesas embarazadas, los gritos del recién nacido que podrían despertar a la reina e incluso los pañales de los “bebés reales”.
En previsión a los “bebés insomnes”, se pueden encontrar en las tiendas varios discos de música que permiten calmar a los herederos más gruñones, con música clásica y nanas tradicionales.
El nacimiento del bebé real, al igual que la boda de Guillermo y Catalina en 2011, puede dar un impulso a la industria en esta época de austeridad.
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