Más de 100 cañonazos celebraron ayer en Londres el segundo día de vida del tercer heredero al trono, mientras que también repicaron durante tres horas las campanas de la abadía de Westminster, donde Catalina y Guillermo se casaron el 29 de abril de 2011.
El bebé, del que aún no se sabe el nombre, ocupará el tercer lugar en la línea de sucesión al trono británico, detrás de su abuelo paterno, el príncipe Carlos de Inglaterra, y de su padre, el príncipe Guillermo.
El propio príncipe Carlos reconoció que la pareja quería esperar "a ver su pequeña cara" antes de decidir cómo se llamará. Sin embargo, el nombre que le darán a su alteza real, el nuevo Príncipe de Cambridge, es el tema de discusión en la sociedad británica. George y James son los favoritos, según las casas de apuestas de Reino Unido, basadas en que esos dos han sido nombres muy repetidos por reyes en la historia británica. Pero los apostadores ya se equivocaron cuando se perfilaron por la posibilidad de que el bebé fuera una niña.
El recién nacido no necesitará un apellido, pues le bastará el título de príncipe, pero si quisiera uno, puede escoger entre Mountbatten-Windsor, Wales (Gales) o Cambridge.
Locura mediática
La prensa británica ha ‘enloquecido’ con la cobertura del nacimiento, con separatas especiales en las que escudriñar todos los detalles.
The Times da la bienvenida al futuro rey con el título Un príncipe ha nacido (A prince is born), y dedica un suplemento especial. Y el superventas The Sun, que hoy se llama ‘The Son’ (El hijo), y se centra en el nacimiento del bebé. El debate ha llegado a tal nivel que se plantean cuándo será el bautizo. Probablemente será en la sala de música del palacio de Buckingham, donde fueron bautizados su padre y su abuelo. El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, será el encargado de oficiar la ceremonia, donde el pequeño llevará una réplica del faldón utilizado por la casa real desde 1841
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