*Gabriela Ramos
Revista 7Días
La joven estudiante universitaria destaca las enseñanzas que recibe de su padre, quien pese a la agenda apretada que tiene (más de 18 horas al día) se da un tiempo para compartir con sus hijos.
El origen humilde y las enseñanzas sobre los valores humanos y la reflexión son las actitudes que Eva Liz admira de su papá.
Cambio conversó con la hija del Presidente cuando ambos visitaron Orinoca, el pueblo natal de Morales, donde se inició la campaña para promocionar a 2013 como el Año Internacional de la Quinua.
—¿Qué opinas al ver las expresiones de afecto que recibe tu padre en su pueblo?
—La gente del campo siempre es respetuosa, amable, te recibe con los brazos abiertos, con una sonrisa para colaborar en todo lo que uno necesita al llegar a una comunidad. A nosotros no nos sorprende, sino que nos sentimos más felices porque cada vez que llegamos la gente es más cariñosa y amable.
—¿También son cariñosos contigo?
—La gente siempre nos recibe con los brazos abiertos, se alegran cuando los visitamos. Nosotros estamos muy felices de recibir esas atenciones y agradecidos con ellos.
—¿Qué opinas sobre el apoyo al Presidente en su tierra natal?
—Mi papá me contó que desde muy niño recibió gestos de cariño, de respeto y de apoyo. Siempre ha sentido ese cariño aquí, en Orinoca. La familia que tenemos es muy grande y es un gran apoyo.
—¿Qué piensas al ver la casa donde tu papá nació y se crió, las condiciones en las que tuvo que vivir y cómo salió adelante?
—Me siento muy orgullosa porque mi papá ha salido de aquí gracias a su esfuerzo, voluntad y amor por el país. Me siento tan feliz porque es una persona que sigue adelante a pesar de todo.
—Tú estás siguiendo una carrera universitaria, ¿cómo te está yendo en el relacionamiento con otros compañeros?
—Bien, de mi papá he aprendido a llevarme bien con todos y ver la manera de no tener problemas. Siempre hay personas que quieren tener conflictos, pero es problema de cada uno de ellos. Mi principal objetivo es concentrarme en los estudios y nada más.
—¿Tu papá te da recomendaciones?, ¿qué es lo que más rescatas de sus enseñanzas?
—Como todo adolescente, una siempre tiene tropiezos en algún momento, en el colegio o la universidad, y mi papá lo que me enseñó es el autocastigo. Cuando mi papá me dice que comete alguna falta se autocastiga, yo no puedo estar sin autocastigarme porque es una reflexión para mí y es para aumentar mis valores como persona. Siempre lo escucho expresarse así y eso se me quedó grabado, y cuando me preguntan qué herencia me está dejando mi papá, yo respondo que es el autocastigo y el valorarse a uno mismo.
—Frecuentemente acompañas a tu papá en viajes dentro y fuera del país, ¿recuerdas alguna anécdota o experiencia a la cual le tengas mucho cariño?
—Sí, fue una temporada que fuimos a Europa, cuando nos dijo ‘vamos a ir de vacaciones’, pero no fue nada de vacaciones porque él estaba de reunión en reunión y yo casi no lo veía. Mi papá tenía una reunión tan importante que se salió de ahí y estuvo conmigo ese día, porque en un momento uno también se siente muy sola y triste, pero ese instante me hizo sentir muy feliz porque se quedó conmigo. Recuerdo que fue en Copenhague (Dinamarca) hace dos años.
¿En qué área te gustaría desempeñarte cuando egreses de la universidad, te gustaría seguir los pasos de tu padre?
—Claro que me gustaría seguir los pasos de mi papá y ser una persona tan admirable como él, pero eso ya el tiempo lo dirá. Por el momento, yo tengo la meta de formarme como una gran profesional, con mucha capacidad para ayudar al desarrollo de mi país y más adelante pensar en ser tan admirable y buena persona como lo es mi papá.
—Estudias Derecho, ¿en que área te gustaría especializarte?
—Principalmente quiero apoyar a mi papá, estar con él en todo momento y ayudarlo con mi profesión, también quiero especializarme en el ámbito internacional, ser un aporte para el país teniendo en cuenta que hay pocos profesionales en esa área.
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