lunes, 21 de diciembre de 2015

¿Sabías que las hijas de Putin huyen de la fama?

Para el presidente ruso, Vladimir Putin, la familia es un espacio privado en el que no se permiten incursiones ajenas. Pero en la rueda de prensa anual que comparte cada año con cientos de periodistas, Putin ha confirmado que sus hijas viven en Rusia y nunca han residido por largo tiempo en el extranjero. Presumió de que hablan idiomas y de que no les gusta la fama. Recientemente se ha publicado que una de ellas es una apasionada del baile de competición: Putin no ha negado la historia, pero tampoco quiso confirmarla.

"Hace poco se publicó que mis hijas estudian y viven constantemente en el extranjero, ahora ya no lo escriben, ahora dicen que viven en Rusia, y es verdad, nunca han residido en el extranjero, han estudiado solo en Rusia, en universidades rusas", declaró durante su rueda de prensa anual.

Vladimir Putin y su ya esposa, Liudmila, anunciaron su separación en junio de 2013, tras casi 30 años de matrimonio. Fruto de este enlace nacieron dos hijas, María (1985) y Katerina (1986). Putin está "muy orgulloso de ellas, siguen estudiando y trabajan".

Las hijas de Putin han sido siempre un misterio rodeado de leyenda y empañado por un goteo de rumores. Pero esa nebulosa se despejó parcialmente por culpa de Andrei Akimov, vicepresidente del banco ruso Gazprombank, que el mes pasado admitió que había conocido a Katerina cuando era niña y que la había visto recientemente. Y que efectivamente esa chica de 29 años que compite en campeonatos de baile de rock acrobático es la hija de Putin.Se hace llamar Katia Tikhonova, usando el apellido de su abuela. Llegó a participar en el mundial de baile en Suiza en 2013, donde acabó en un notable quinto puesto.
Hablan tres idiomas con fluidez

"Hablan con fluidez tres idiomas europeos, una de ellas domina también uno o dos idiomas orientales", comentó. Como ambas dieron sus primeros pasos en Dresde, Yekaterina y Maria dominan un perfecto alemán. De la hija menor del presidente ruso, aparte de su afición por los concursos de rock acrobático, se sabe que se interesó por la Biología y la Geología. Su hermana María cursó estudios orientales y se la ha relacionado con un importante mando militar coreano.

Con los pocos detalles que circulan la imagen de María y Ekaterina ha cristalizado poco a poco como un ejemplo para un país donde la gente joven con frecuencia no habla ningún idioma salvo el ruso. Una lección desde el anonimato en una tierra y un tiempo donde los hijos de la élite rusa malgastan el dinero fuera de Rusia. Y sobre todo un caso de sobriedad y esfuerzo pese a crecer en un ámbito que les proporciona una vida resuelta.

Como siempre cuando se mezcla familia y política, algunos detalles chirrían. Putin afirmó que sus hijas no trabajan en el sector empresarial y tampoco se dedican a la política. Sin embargo, según una reciente investigación de la agencia de noticias Reuters, Katerina tiene unos ingresos anuales de más de 110.000 euros. Trabaja en el grupo multimedia RBC y al mismo tiempo tiene un puesto en la Universidad Estatal de Moscú como gestora de Innopraktika, un programa ligado al ámbito del desarrollo tecnológico, una labor que Putin elogió en público sin dar detalles de si está ligado familiarmente al mismo.
Las protege 'por razones de seguridad'

"Nunca he hablado ni voy a hablar de dónde trabajan concretamente y qué hacen, por muchos motivos, ante todo por razones de seguridad",afirmó. Hace unos meses confesó con algo de pesar que apenas tiene tiempo para coincidir con ellas: "Solo las veo una o dos veces al mes. Nos reunimos en casa". También han coincidido en algunos eventos. Periodistas rusos detectaron la presencia de Katerina, en el Foro Económico Mundial de Davos el pasado enero.

Según Putin, ellas "nunca han sido chicas célebres".Y si lo han sido, ha sido siempre a su pesar. Como cuando se publicó que Maria se vio forzada a abandonar Holanda a causa de la indignación que provocó la implicación de los combatientes prorrusos en el derribo del vuelo MH17, en el que perdieron la vida 298 personas, buena parte de ellas procedentes de Holanda.

"Nunca han disfrutado de la luz de los focos, ellas simplemente viven su vida y lo hacen de forma muy digna", añadió.

El presidente siempre se ha alejado del populismo ramplón que busca seducir al país proyectando una imagen familiar idílica. Los rusos ven a un presidente que de vez en cuando descansa viviendo aventuras en la naturaleza, pero su dimensión paternal o conyugal está lejos de los ojos del público, como si fuese un recurso que no se debe usar. "Putin es muy conocido para sus electores y a los que le votan no hay que contarles nada más sobre él. Él mismo está convencido de que cada persona, sea cual sea su ocupación, puede tener un espacio privado que nadie debe invadir. Para Putin, este espacio es su familia", dijo el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, en una entrevista al diario 'The New Times'. Meses después de ese anuncio, Peskov desmintió los rumores sobre la boda ortodoxa entre Putin y Alina Kabaeva, campeona olímpica de gimnasia rítmica y parlamentaria rusa. Mientras Putin trabaja, la máquina de rumores no para.

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